miércoles, 25 de agosto de 2010

El bolígrafo de gel verde




He acabado la lectura del libro, no se como describir el libro, sólo se me ocurre dar un consejo: MERECE LA PENA LEERLO.
El libro llegó a mis manos gracias a Lorena, una amistad que encuentras de casualidad, pero que marcan un antes y un después; gracias a ella pedí el libro en navidades, pero las circunstancias del momento hicieron que no pudiese terminar de leerlo, las heridas estaban todavía recientes y el libro hacia florecer sentimientos que todavía no estaba preparada para afrontar. Y es que el libro es real como la vida misma, las personas nos dejamos sumergir por la rutina del día a día, sin cuestionarnos si lo que hacemos es lo que siempre hemos querido o simplemente permitimos que la cotidianidad entierre anhelos e ilusiones que al principio de nuestra adolescencia fueron el motor de nuestra vida.
Va a hacer casi un año que no deje que eso pasase en mi vida, no quería que mi mayor ilusión fuese encontrar un boli de gel verde; por ello decidí que tenía que dar un cambio en mi vida, deje un trabajo en el que la mayor alegría que tenía era la de vender una crema, ¿qué triste, no?.
Ahora desde la distancia puedo decir que los cambios son posibles, sólo tenemos que desterrar de nuestra vida el fatalismo, cuando todo a nuestro alrededor va mal, sólo podemos ir a mejor.
Como decía Lennon:
“La vida es lo que te pasa mientras haces otros planes”
Eloy, te doy la enhorabuena por tu libro, es difícil encontrar gente como tu, con el valor y el coraje para publicar y distribuir su propio libro (otra prueba más de que todo puede ser).
Espero que tengas mucha suerte y que éste no sea el único libro que publiques.
Gracias por este libro tan maravilloso…

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Qué tipo de persona crees que eres?

La tristeza va dando paso a la rutina de los días que van viniendo y de esta manera voy recobrando las fuerzas para seguir día a día sin esa persona en mi vida.
Hay veces que la vida viene de una manera y no hay más remedio que aceptarla, ¿qué otra cosa puedo hacer?, hay cosas que por mucho que me empeñe no está en mi mano el solucionarlas, o como dice mi hermana: “tú no eres la salvadora del mundo…”
Pero aún así todos éstos sentimientos, vivencias voy a guardarlos en mi corazón e intentaré en mis posibilidades hacer algo para modificar está situación, sino sería como dice Paulo Freire: “Nadie puede estar en el mundo, con el mundo y los otros y permanecer neutro. Yo no puedo estar en el mundo sin mojarme observando simplemente la vida”.
Hay personas que no tienen voz, que dependen de otras para que su vida sea mejor, ¿qué triste no? Vivimos en una sociedad que nos consume hasta tal punto que somos incapaces de pararnos a pensar en ciertas cosas, vivimos en la rutina de nuestros días sin cuestionarnos cosas que son importantes, sin reflexionar dentro de nosotros mismos, preguntándonos si realmente estamos haciendo el bien o simplemente nos dedicamos a vivir día tras día, sólo dejándonos llevar por lo que nos acontece la vida.
A todo esto hay otro problema añadido, si eres una persona distinta al resto, es decir a la que se queda impasible ante lo que sucede, te tachan de cualquier cosa menos de lo que realmente eres, los seres humanos somos tan cínicos algunas veces…
¿Qué tipo de persona crees que eres, de las que intenta hacer el bien sin tener en cuenta lo que dicen los demás o de las que se acomodan por miedo a ser rechazados o señalados de diferentes?...

miércoles, 11 de agosto de 2010

Es caprichoso el azar



Cuando me pongo a escribir para el blog me pongo música de fondo, dependiendo del día pongo de un tipo o de otra, me ayuda a exteriorizar lo que quiero decir.
Hace algún tiempo que no dejo de pensar en una personita, noche y día, sin descanso; es tanto, que algunas veces me impongo que tengo que dejar que pase el tiempo, para dejar que ocurra lo que tenga que ocurrir.
Cuando más te obcecas en una cosa, menos capaces somos de ver si será beneficioso para nuestra vida, o por lo menos así ocurre en mi caso; en cambio, cuando te dejas llevar todo acontece de la mejor manera.
Soy una persona que cuando quiero algo lo vivo con tanta pasión que se me nubla la razón de tal modo que soy incapaz de discernir si estoy haciendo lo correcto. Menos mal, que cuento con una persona muy especial, mi marido, que para mi es ese faro que me ilumina en mis peores momentos para volver a retomar el rumbo de mi vida, se que puede sonar pedante, pero os aseguro que es así.
Cuando nos conocimos, y de eso éste 24 de agosto hará 19 años, la mayoría pensaba que éramos muy diferentes y que no tardaríamos en dejarlo; pero es esa la diferencia la que nos hace permanecer unidos.
Hoy ha sido caprichoso el azar, desde el momento en que me he puesto a escribir, la primera canción que ha sonado ha sido la de Serrat, y sin querer he vuelto a pensar en esa personita.
De la noche a la mañana pueden cambiar las prioridades en la vida y de repente te encuentras con todo patas p’ arriba, ese instinto que pensabas que estaba adormecido de repente se despierta y hace que te replantees la vida con tu pareja, tomando decisiones juntos, sintiendo que aunque pase el tiempo, tu marido te sigue sorprendiendo gratamente en decisiones que creías problemas en tu mente.

Como dice Serrat en su canción:
“Fue sin querer...
Es caprichoso el azar.
No te busqué, ni me viniste a buscar.
Yo estaba donde no tenía que estar
y pasaste tú, como sin querer pasar.
Pero prendió el azar,
semáforos carmín, detuvo el autobús
y el aguacero hasta que me miraste tú.
Tanto tiempo esperándote...”