jueves, 24 de febrero de 2011

El guepardo.

Me gustaría antes que nada pediros disculpas a todos por este tiempo que he estado en OFF, se que es una de las peores cosas que se puede hacer a un blog. Podría dar mil escusas, pero ninguna sería admisible, no hay nada que pueda justificar tanto tiempo de ausencia. LO SIENTO.
Hoy por fin me he decidido y aquí estoy de nuevo.
Hace una semana que terminé las prácticas que se realizan en el segundo año de carrera y como mi especialidad es infantil me tocaba hacerlas en primaria. Los días anteriores a su comienzo no dejaba de pensar a ver en que clase me tocaba, mira que si me tocaba con los más mayores y no me hacen caso...
Empecé el 24 de enero y como pasa normalmente el primer día, allí estaba yo media hora antes.
A las 9 de la mañana la directora del colegio nos recibio en el despacho para darnos la bienvenida y asignarnos la clase. Tuve suerte y me tocó el segundo curso, linea en castellano.
Estuve dando 3 asignaturas: conocimiento del medio, plástica y castellano. Y os puedo asegurar que me han pasado muchas cosas divertidas, de las cuales he aprendido un montón.
En conocimiento del medio me tocó dar el tema de los animales. Como cualquier persona que está empezando en la docencia, intentas sobre todo realizar actividades en las que aprendan, pero también que puedan captar el interés del alumno, que sean atractivas para ellos, por lo que en conocimiento del medio decidí realizar una pequeña asamblea para decidir entre todos el animal mamífero que querian estudiar.
Les expliqué que íbamos a hacer una votación individual, en la que cada niño votaría un animal y además las cosas que quería saber sobre él. Para ello nombré dos secretarios, uno apuntaría en la pizarra los animales que irían saliendo y el otro sacaría las votaciones.
Todo fue de maravilla hasta que me dice la niña que habría las votaciones: “el guepardo” y yo le digo al que apunta a la pizarra: “el leopardo” y la niña me vuelve a decir: “no, no, he dicho el guepardo” y yo le contesto: “si ya te he oido, eso es que al escribirlo se habrá equivocado” y la niña me vuelve a repetir: “pero es que aquí pone guepardo”.
Se establece este dilema, hasta que la profesora, se da cuenta y me rectifica en seguida diciendome que también EXISTE el guepardo.
Me quedé lo que se dice muerta. Hay que ver cuanto daño hacen los programas del corazón...y yo que me pensaba que se había equivocado el niño al escribirlo y resulta que soy yo la que no se acuerda de que también hay guepardos.


En la foto de arriba aparece un guepardo y en la de abajo un leopardo, ahora he aprendido hasta a distinguirlos. Una de las características para diferenciarlos es que el guepardo tiene como una mancha negra que le empieza en el lagrimal, en forma de lágrima.
Os seguiré contando...

2 comentarios:

  1. ¡Aleluya!
    ¡Qué preciosos los dos felinos!, pero el leopardo en concreto es divino. Besines!

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  2. Gracias Lorena.
    La diferencia entre los dos me la enseño Pablo, ese niño al cual le encanta todo lo relacionado con los animales...
    Besets.

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