miércoles, 7 de abril de 2010

¿Cómo podría residir aquí permanentemente?


Bajo la bóveda azul del cielo, los rayos anaranjados de la puesta de Sol a veces nos ofrecen tanta belleza que nos sentimos momentáneamente anonadados y nuestra mirada se queda congelada. El esplendor del momento nos deslumbra de tal modo que nuestras mentes compulsivamente parlanchinas hacen una pausa para evitar distraernos del aquí y ahora. Bañada en esta luz, parece abrirse una puerta a otra realidad que, aunque siempre está presente, raras veces llegamos a percibirla.
Aunque solo sea por un momento, volvemos a casa, al hogar de nuestro verdadero Yo.
"Ah", podría decir uno, "es tan hermoso...; si pudiera quedarme aquí. Pero ¿cómo podría residir aquí permanentemente?".
(Por Russell E. Dicarlo)



2 comentarios:

  1. Supongo que perdiendo el miedo a lo desconocido y lanzándote a la aventura, arriesgando, porque al final, quien nada arriesga, nada tiene derecho a esperar.

    ResponderEliminar
  2. Lorena: Ójala pudiésemos ver con esos ojos, lo que nos rodea cada día, y no permitiendo que la mera rutina nos privase de ello.
    Besos.

    ResponderEliminar