viernes, 28 de mayo de 2010

San Carles de la Rápita




Hace poco nos fuimos de fin de semana con mi familia, todos juntos a San Carles de la Rapita, en el Delta del Ebro.
Salíamos de Castellón el sábado por la mañana y yo que siempre aprovecho cualquier situación para ir en moto, imaginar con que nos fuimos, con la “tractorcita”, que es el nombre cariñoso que le pusimos, un día os contaré el por qué.
Aunque el camino era corto, siempre nos ponemos los pantalones de la moto; Alex me preguntó que si quería los pantalones de verano y yo en mi interior pensé; ¡pero si no me caben!!!, y le contesté de forma cariñosa: “no cari, como tengo un poco de frío me pondré los de invierno” y a 26 grados que estábamos, pero como esos pantalones son grandísimos…
En fin, toda equipada me fui a subir en la moto; pensé, ¿?: “para a vernos matao”, y es que tan encorsetada como iba y con esas botas que pesan un quintal le pegué tal movimiento a la moto que un poco más y terminamos en el suelo.
Bueno dejando esto atrás, el trayecto resultó muy agradable, pude disfrutar del paisaje y del aroma tan peculiar de esta época del año; es algo difícil de explicar, aunque en el post de “Aroma de Azahar”, lo intento reflejar.
Cuando llegamos, después de dejar las maletas, dimos un paseo por la zona y nos sentamos en una terracita al lado del mar, mientras hacíamos tiempo para reunirnos con toda la familia. Las vistas eran preciosas, se veía desde allí parte del Delta del Ebro y corría una brisa muy agradable.
Como ya no me acordaba de mis peripecias para subir en la moto; me pedí una cervecita bien fría y como no unas papitas para acompañar, que eso de la dieta de momento no va conmigo,…






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